¡Parecía tan apetecible! Siendo así no pudo hacer otra cosa que acercarse y acercarse hasta acabar perdiéndose en aquella maraña de pétalos. Podía parecer un camino tortuoso, pero lo cierto es que le divertía aquel laberinto, siempre descubriendo nuevos caminos, siempre imaginando encontrarse con el minotauro en cualquier momento...
Poco imaginaba que nunca encontraría a la legendaria criatura mitológica, tan sólo encontraría, aunque sea poco frecuente en los laberintos, la salida: un tortuoso tallo lleno de espinas.