Lampyridae Dixit

El trabajo de producción audiovisual funciona un poco como lo haría una cocina. Todo debe estar planeado, organizado, jerarquizado y limpio. Aquí os dejamos unos pequeños consejos para que la receta de vuestros vídeos sea un éxito.

Vamos a nuestra tienda de confianza con unas cuantas cosas en la cabeza.

Empezamos con una idea. Una necesidad. Queremos un vídeo para conectar con nuestras seguidoras o seguidores, informar a la clientela o recordarles que seguimos ahí ofreciendo el mejor de nuestros servicios. Para eso tenemos que elaborar un briefing o un informe que resulte en nuestra campaña. Algo así como la descripción de nuestra receta ¿se trata de la comida principal de una cena formal con 5 platos? ¿de una tarta de cumpleaños infantil? ¿de un bocadillo? No afrontaremos ninguna de estas comilonas de la misma manera. ¿Os imagináis si tratamos el cumpleaños como si de un banquete de gala se tratara? Posiblemente sería un desastre total con un montón de niños aburridos. Lo mismo sucede con un vídeo. Una vez que conocemos nuestro presupuesto, debemos ajustar nuestro mensaje al público, a su lenguaje y a los canales de comunicación que más emplea.

Antes de empezar a cocinar tenemos que comprobar que el horno funciona.

Una vez que tenemos muy claro este paso pasamos a la preproducción. Es el momento de elaborar el guion literario, nuestro texto detallado de situaciones descripciones y diálogos, que será traducido al guion técnico – el documento que desglosa los planos y las necesidades de actores, acción, músicas, sonidos , etc de cada uno-. Para visualizar mejor la pequeña (o gran) historia que cuenta nuestro vídeo es muy recomendable apoyarnos en el storyboard o guion gráfico, que narra la historia a modo de viñetas. Es un documento muy importante a la hora de comunicar al resto del equipo lo que tenemos en mente.

Esto no es todo, más allá de la parte creativa, está la puramente organizativa: debemos conocer nuestros lugares de grabación, pedir los permisos que sean pertinentes, alquilar los equipos necesarios, coordinar a los miembros del equipo para las futuras jornadas de grabación, buscar a los actores si los necesitamos... Siguiendo con nuestra metáfora de la cocina, debemos conseguir los ingredientes, los utensilios y electrodomésticos necesarios antes de empezar a trabajar ¿os imagináis que a mitad de la receta de la sopa navideña os habéis quedado sin pescado y la vitrocerámica deja de funcionar? Es importante intentar planificar el trabajo futuro con el objetivo de que no haya imprevistos (como la palabra indica: hechos que no han sido previstos) y tal solo imponderables, aquellos que no se pueden evitar.

Nos ponemos manos a “la masa”.

Preparados o no, siempre llega el momento de la verdad: los días de rodaje o grabación. O como, decíamos antes, la hora de ponerse manos a la masa. Cada miembro del equipo debe conocer su función y todos trabajan junto y coordinados para lograr el plato perfecto. No debemos dejarnos llevar por el caos. Es muy importante ser organizado, hacer anotaciones, revisiones y asegurarnos de que tenemos todo el material grabado necesario. No queremos olvidarnos de ponerle sal a nuestro plato mientras evitamos que se nos queme la guarnición.

Comemos por los ojos. El emplatado.

Y después de la tormenta llega la calma. O no. Tras el volcado de imágenes toca armar el puzle. Editar las imágenes significa unirlas unas a otras de modo que armemos nuestra historia de modo que tenga sentido y transmita un mensaje. En este punto del proceso se añaden efectos, sonidos, músicas... Es el momento del emplatado y el resultado debe ser atractivo, apetecible, organizado, limpio. Finalmente, exportamos para publicación, es decir, nuestro menú sale de la cocina y llega a la mesa.

El momento de la verdad. Servimos la mesa.

Pero el trabajo no termina aquí. Cómo sirvamos a nuestros comensales es tan importante como el plato en sí mismo. Nadie sirve una cena de gala en platos desechables. Debemos seguir una estrategia que seguramente ya hemos definido en nuestro informe inicial. También es importante evaluar los resultados, la respuesta del público, es decir ¿se han quedado con buen sabor de boca los convidados? ¿han felicitado al o la chef? ¿recomendarán la experiencia? Este momento también es una oportunidad de mejora, de solución de problemas o de visualización de acciones futuras. Al fin y al cabo, a veces lo mejor de una comida es la sobremesa.

Y quién sabe, si hemos tenido éxito ¡tal vez debamos abrir un restaurante!

Estamos rodeados de colores. Podría decirse que vivimos en medio de un enorme arcoíris aunque no seamos conscientes de ello. Si atendemos a las explicaciones meramente físicas y biológicas, los colores no son más que diferentes longitudes de onda que nuestro cerebro interpreta.

Los colores cálidos del espectro son enfocados antes de la retina, por eso producen la sensación de acercarse. Este efecto centrípeto centra la atención y provoca excitación. En cambio, los colores fríos del espectro, tales como el azul, se enfocan detrás de la retina y trasmiten una sensación de lejanía o efecto centrífugo que induce tranquilidad.

Más allá de estas características objetivas, la interpretación de los colores y los sentimientos frente a ellos son fundamentalmente culturales y lo que simboliza algo en occidente puede significar todo lo contrario en oriente.

Color y diseño.-

El diseño, tanto en identidades corporativas como en publicidad, se apoya en la psicología del color, la cual estudia sus efectos en la conducta humana.

Las marcas intentan que la paleta de colores que los representa sea una declaración de intenciones y simbolice, al menos sobre el papel, su filosofía o el sector en el que realiza su actividad. De igual manera utilizan la psicología del color para analizar los efectos y sensaciones que la gama cromática provoque en todos aquellos que vean su identidad corporativa.

El uso del color en la publicidad también tiene en cuenta las preferencias cromáticas en función del género y del rango de edad del público objetivo al que va destinado el producto, ya que ambos parámetros marcan la tendencia a la hora de decantarse por uno u otro.

En otras ocasiones, la elección del color no se debe tanto a lo que se quiere trasmitir si no de lo que una marca se quiere diferenciar. Son muchos los expertos que recomiendan utilizar colores opuestos a los que utiliza la competencia para posicionarse contra ella. Un ejemplo perfecto de esto es la elección de Pepsi por el color azul siendo el rojo el color de Coca-Cola.

Colores y emociones.-

Como decíamos antes, el simbolismo de los colores y las emociones que esto provoca en nosotros está muy relacionado por el aspecto cultural. Hemos querido hacer un resumen de los aspectos positivos y negativos de los principales colores así como los usos para los que están recomendados según la psicología del color.

A la hora de construir una marca, el famoso branding en inglés, es fundamental crear un símbolo al que asociar nuestro valor. Es entonces cuando empieza la dura tarea de crear una identidad corporativa, uno de cuyos elementos es el logo.
A veces generalizamos y llamamos logotipo a cualquier representación gráfica de nuestro negocio. Y según la RAE, no estaremos del todo equivocados, pues según la primera entrada en su definición es un "Símbolo gráfico peculiar de una empresa, conmemoración, marca o producto". Sin embargo, dentro del mundo del diseño gráfico existen tantas maneras de nombrar a estos símbolos como palabras para el hielo tienen los esquimales: isotipo, isologo, imagotipo...

En este artículo vamos a mostraros estas diferencias con ejemplos propios, aunque encontraréis multitud de otros blogs especializados que analizan este tema. Nosotros iremos un poco más allá y también vamos a incluir otros términos que hemos ido escuchando a lo largo del tiempo utilizados como sinónimo de logotipo, tales como emblema o anagrama.

Empecemos por lo simple, ¿qué es un emblema? La definición de emblema es la de "jeroglífico, símbolo o empresa en que se representa alguna figura, al pie de la cual se escribe algún verso o lema que declara el concepto o moralidad que encierra (RAE)". Según esta definición, la idea que tenemos comúnmente por logo no es exactamente un emblema, pues no necesariamente siempre se incluye un lema. Podría entenderse su uso para, por ejemplo, un escudo universitario.
¿Y un logo es un anagrama? Según la RAE, un anagrama es un símbolo o emblema, especialmente el constituido por letras. Así que, dicho de otro modo, estrictamente si pedimos un anagrama estaremos descartando el diseño de un símbolo y centrándonos en las letras, es decir, el nombre de nuestra empresa con un diseño tipográfico.

Y entonces ahora ya para nota ¿cuál es la diferencia entre logotipo, isotipo, imagotipo e isologo?
Vayamos por partes, un logotipo es un "Grupo de letras, abreviaturas, cifras, etc., fundidas en un solo bloque para facilitar la composición tipográfica (RAE)", en definitiva, y en palabras más sencillas, es una composición integrada solo por letras.

Frente al logotipo compuesto por tipografía, está el isotipo, que es "la parte icónica en la representación gráfica de una determinada marca. Se trata del dibujo o símbolo que se utiliza para representarla (definicion.de)".

Teniendo esto claro, a continuación se encuentran las mezclas de símbolo y letra. Tenemos el imagotipo, que se trata de "la combinación de un elemento pictográfico (un dibujo) acompañado de texto (definicion.de)".

Y el isologo "que fusiona una imagen y un texto en un único elemento (definicion.de)", de manera que constituyen un único elemento del que no se puede descartar ni imagen ni letra. Por ejemplo, el logo de Starbucks o el de Burguer King.

Lo sabemos, es todo bastante complicado. Diréis ¿para qué es necesario saber todo esto? El realidad, como todo en la vida, cuanto más clara tengamos la idea de lo que queremos y mejor se lo podamos transmitir a nuestro diseñador, más tiempo y esfuerzo nos ahorraremos. Lo importante tal vez sea conocer las diferentes posibilidades a la hora de crear un logo y así conseguir el que mejor se adapte a lo que necesitamos transmitir.