¿Quién no ha necesitado alguna vez un diccionario? Es cierto que desde que la tecnología entró en nuestra vida, nuestros gruesos y alfabéticos amigos han tenido que adaptarse a un nuevo entorno, pero siempre necesitaremos de su sabiduría para describir, explicar o dar forma a una palabra.
Entre sus páginas hemos descubierto que llevábamos años escribiendo mal una palabra, que esa otra de cuya existencia no teníamos ni la más remota idea era más útil de lo que pensábamos o que un buen sinónimo es tan necesario como un café cargado a primera hora de la mañana.
Nos hemos imaginado durante unos minutos sentados en alguno de esos sillones de la RAE, con sus letras mayúsculas y minúsculas, y hemos pensado que podríamos contribuir a la noble labor de la definición de algunas palabras que pueden resultar de utilidad para la comunicación y algunos de sus campos.
FOTOGRAFÍA Y VÍDEO
En la actualidad prácticamente todos tenemos una cámara de fotos o un teléfono móvil con el que hacer nuestros pinitos en el mundo de la fotografía y el vídeo, por lo que a más de uno le resultarán muy conocidas estas palabras. Pero, ¿sabemos de verdad qué es un balance de blancos y cómo podemos aprovecharlo?
DISEÑO E ILUSTRACIÓN
Igual que sucedía con la fotografía y el vídeo, casi todos tenemos en nuestro ordenador un programa de diseño más o menos profesional. Seguramente muchas veces nos hayamos perdidos en el menú y las opciones que nos daba a la hora de realizar algún trabajo. Estos son algunos de los términos que hemos considerado más útiles y sencillos de explicar en este campo tan extenso.
WEB Y REDES SOCIALES
Y, ¡cómo no! Las reinas del momento. Parece que lo que no está en la red simplemente no existe así que, bien sea a través de una página Web o mediante redes sociales, quien más, quien menos, trata de hacerse con un pequeño espacio en ellas. Los siguientes términos no os resultarán desconocidos y seguramente os resulten útiles.
Después del Capítulo 1, tiene que venir el 2, así que continuamos el repaso por los comienzos y los finales de algunos de los libros más populares de la literatura.
Hay algunas que dejan claras sus intenciones, otras que pretenden contextualizar y otras que juegan al despiste. Hay algunas que pretenden ser una moraleja, otras que cierran el círculo y otras que son una conclusión perfecta. Así pueden ser las primeras y las últimas frases de cualquier libro.
Pero no nos andemos con más preámbulos, dejemos las letras para ellos. Estas son la primera y última frase de algunos de los libros de cabecera de mucha gente. Prometemos que no hay spoilers, así que después de leer el comienzo y el fin, esperamos que os pique el gusanillo y le deis una oportunidad a lo que ocurre en el intervalo que hay entre ambos.
Cierto día, navegando por los mundos de Internet resolviendo dudas en foros de diseño, nos encontramos con una afirmación que decía bromeando algo así como que un director de arte preferiría la tipografía Futura mientras que un diseñador escogería la Helvética. Y esto nos hizo pensar en las diferencias entre los perfiles profesionales que al final trabajan codo con codo en el día a día de cualquier proyecto artístico y en lo que podía representar cada una de esas tipografías en la sociedad de hoy. Y como en Lampyridae somos mucho de resolver misterios y no necesitamos muchas excusas para investigar, nos pusimos a ello.
Para empezar, vamos a conocer más sobre estos dos tipos de profesionales. Según Wikipedia:
“El director artístico es la persona responsable de dirigir los equipos de diseño artístico y de diseño de producción en toda clase de obras que contengan un cierto aspecto visual y artístico, lo que abarca medios de comunicación y expresión artística como la publicidad, el cine, la edición de libros, la música, la prensa, los videojuegos e incluso internet."
Por ejemplo, en cine, el director de arte se encarga de la atmósfera de una película y el ejemplo que debemos poner en este caso es Gil Parrondo, que ganó dos Óscar (por Patton en 1970 y Nicolás y Alejandra en 1971) y varios premios Goya.
Mientras que:
“El diseño gráfico es una profesión cuya actividad consiste en proyectar comunicaciones visuales destinadas a transmitir mensajes específicos a grupos sociales , con objetivos determinados. Esta actividad ayuda a optimizar las comunicaciones gráficas. Algunas clasificaciones difundidas del diseño gráfico son: diseño gráfico, publicitario, diseño editorial, diseño de identidad corporativa, diseño web, diseño de envases, diseño tipográfico, cartelería, señalética, entre otros."
Algunos nombres de grandes diseñadores españoles son Alberto Corazón, -que lo conoceréis por el diseño de los logotipos de ONCE, Paradores o Renfe- o Pepe Cruz Novillo, al que debemos los logotipos del Cuerpo Nacional de Policía, Correos, El Mundo o PSOE.
Ya conocemos un poco más a los profesionales, así que ahora vamos a conocer las dos tipografías de las que hablábamos al principio y que seguro que, además de Times New Roman y Comic Sans, os suenan y habéis utilizado montones de veces: son Futura y Helvética.
FUTURA:
Fue creada en 1927 por Paul Renner quien deconstruyó las letras hasta convertirlas en formas geométricas. Muy en línea con las corrientes artísticas de la época, como el cubismo. Futura forma parte de la ruptura con cuatro siglos de evolución de la tipografía que se había producido hasta ese momento.
Se caracteriza por ser una sans-serif geométrica. Se asocia a la simplicidad y lo naive.
Ha sido utilizada por marcas tan conocidas como Domino's Pizza, Gillette, Volkswagen o FedEx y en carteles de películas como 2001: A space odyssey o American Beauty.
HELVÉTICA:
Creada en 1957 por Max Miedinger. Fue una evolución de la Grotesk sans-serif Akzidenz-Grotesk, un poco tosca y desigual. Evolucionó y se transformó en Helvética, que fue denominada Noe-grotesque o racionalista sans-serif. Tiene formas más limpias y es de aspecto mecánico.
Para unos representa la perfección por su neutralidad y para otros es un símbolo del mundo actual dominado por la insensibilidad corporativa. Helvética ha sido utilizada por Panasonic, Nestlé o Microsoft, entre otras marcas mundialmente conocidas. Fue la protagonista del documental de 2007 Helvetica de Gary Hustwit.
Al final todo está relacionado. Una tipografía creada hace décadas puede ser perfecta para una historia ambientada en el futuro. Un cineasta puede ver en una letra el reflejo de la sociedad de hoy. En definitiva, no es cuestión de quién prefiere qué ¿no? Lo que importa son las pequeñas grandes ideas que sumadas unas a otras al final construyen algo genial.
No sabemos si eso que dicen de que cualquier tiempo pasado fue mejor es verdad, lo que sí sabemos es que nos gusta viajar a través de los años. Tenemos un Delorean preparado para hacerlo y varias fechas a las que pasar revista. Nos abrochamos el cinturón y nos vamos, sin necesidad de una agencia de viajes y con la esperanza de encontrar una época en la que poder quedarnos, que la nuestra se está volviendo un poco loca.
Mira que te lo dije, Julio César
Este trasto en el que viajo, me ha llevado al año 44 a. C. Veo a unos señores comiendo uvas, vistiendo unas túnicas de lo más estilosas y con unos peinados que no dejan lugar a duda: estoy en Roma.
Todo el mundo parece bastante agitado y necesito saber el motivo. Me dirijo a unas termas, que es donde se cuece el bacalao, a ver qué me cuentan. A juzgar por el olor a vino, deduzco que ya llevan unas cuantas horas a remojo (por fuera y por dentro), seguro que con esa facilidad de palabra que otorga el zumo de uva fermentado, me cantan hasta La Traviatta: “¡Ave, amigos! ¿Sobre qué conspiráis?”.
Me cuentan con pelos y señales a qué se debe el bullicio que hay en la ciudad: hoy es 15 de marzo, los Idus de Marzo. Resulta que los romanos celebran todos los meses los idus o días de buenas noticias, y este mes se lo dedican a Marte, Dios de la Guerra. ¡Pero cómo les gustan a estos las fiestas, ríete tú del puente de la Constitución! El caso es que hace unos días, un buen hombre llamado Espurina, (que en nuestro tiempo tendría un canal de televidencia con un fondo de efectos psicodélicos y música cósmica) le ha dicho a Julio César que le van a dar pasaporte, que va a irse a catar vino con Rómulo y Remo al más allá, que ya no va a hacer falta que disimule su alopecia peinándose hacia delante… que lo van a matar, vaya.
El tal Espurina ve el futuro hurgando en las vísceras de animales (una forma de leer el futuro tan digna como otra cualquiera) y advirtió al césar: Julio, amigo, te van a matar no más tarde los Idus de Marzo. Y ojo, tiene mérito haberse atrevido a decir una fecha, lo que ya no es tan meritorio era saber que a Julio César le quedaba de vida menos tiempo de vida que a un cristiano en el coliseo. La gente lo acusaba de querer acabar con la república y acaparar todo el poder y es que claro, tenía una fama de mandón que le precedía.
Al parecer, antes de ser el césar, Julio estaba en las Galias controlando a Asterix y a Obelix, pero él quería manejar asuntos más serios en Roma, así que, bajo amenaza de ser juzgado, cruzó el río Rubicón y dijo eso de “alea jacta es”, ese famoso “la suerte está echada” que aún conocemos hoy en día. Vamos que desde el principio se le vio el plumero con eso de echarle arrestos al asunto y querer ganar poder.
Salimos de las termas y vemos pasar a unos camilleros de la época corriendo en dirección al foro. Nos acercamos y comprobamos que han dejado a Julio César como un colador. A golpe de daga, se lo han llevado por delante y el teléfono 902 de Espurina está echando humo por haber dado en el clavo.
Mira que te lo advirtió, “cuidado con los Idus de Marzo”...
Hay que pensar un poco
Escapo rápido de Roma, que aquello está muy liado con el magnicidio. Programo el panel de mando y aterrizo en Rusia en 1983. Es 26 de septiembre y se nota que empieza el otoño.
Entro en un bar y veo al fondo, a un hombre sudando a mares y no parece que sea por la temperatura rusa. Me acerco a hablar con él y se presenta como Stanislav Petrov, teniente coronel a cargo del búnker Serpujov-15, que es el lugar desde el que la inteligencia rusa controla la defensa aeroespacial.
El bueno de Stanislav me cuenta que esta medianoche detectó cinco misiles americanos dirigiéndose a la URSS. En un principio pensó que la Guerra Fría se iba a poner de lo más caliente, así que descolgó el teléfono para poner a todo el mundo alerta y advertir de que igual era buena una confesión rápida, por si acaso era el último día que pasaban en este mundo. Sin embargo, Stanislav pensó durante un momento: ¿quién es el tonto el haba que empieza una guerra con sólo cinco misiles? Keep Calm and Drink Vodka.
Así que el teniente coronel Petrov, conociendo los fallos que se podían dar en el satélite OKO, decidió no alertar a sus superiores, lo cual acabó siendo un acierto porque como bien pensó Stalislav, nadie empieza una guerra con cinco misiles. Resulta que, debido al equinoccio de otoño, se produjo una extraña conjunción Tierra-Sol-satélite que acabó provocando señales térmicas similares a las de los misiles.
Aquí todo está tranquilo, la Guerra Fría sigue en el congelador, y esto será conocido como "el incidente del equinoccio de otoño", una de esas anécdotas tontas que recordar en las comidas familiares. Pero el bueno de Petrov sabe que sus superiores no le van a perdonar que no siguiera el protocolo y los alertara en cuanto vio las señales. Hay tiempos, lugares y personas, que no perdonan a quien piensa por sí mismo y le echa un poco de sensatez al asunto.
Apurando con él el último trago de vodka le susurro: “no te preocupes Stanislav, en 2006 la ONU te homenajeará. Menos da una piedra”.
El peculiar cura Merino
Dejo a Petrov maldiciendo su sensatez y vuelvo a tierra patria. El panel de control marca 7 de febrero de 1852. Bajo de mi Delorean y después de Roma y Moscú, me aposento en un ruidoso Madrid.
Por mis viajes sé, que cuando hay tanto bullicio en la calle, no se puede esperar que esté pasando nada bueno. Sigo a la gente y pronto veo a un hombre vociferando en el patíbulo. El verdugo está engrasando el tornillo del garrote vil y caigo en la cuenta de que el condenado lleva sotana. “¿Se van a cargar a un cura?” Le pregunto al hombre que tengo al lado. “Este cura es un demonio”, responde él.
Me cuenta que el condenado es un tal cura Merino, otro muy distinto al famoso guerrillero que le plantó cara a Napoleón. A éste, al parecer, le faltó tiempo en ir a visitar a Fernando VII nada más volver a pisar suelo a este lado de los Pirineos y le espetó un claro y conciso: “o te la tragas o te mato”. Se refería a la Constitución de 1812, que ya sospechaba el hábil párroco que el monarca no estaba muy por la labor de dejar el absolutismo.
Y tanta inquina le cogió a los Borbones, que hoy se encuentra a punto de que le disloquen la apófisis odontoides de la vértebra axis sobre el atlas en la columna vertebral, porque hace cinco días se fue a por Isabel II, navaja de Albacete en mano, para acabar con su reinado. Quizá la Biblia no la leía mucho, pero seguro que había leído en algún lado aquella frase de Robespierre: “decapitar al Rey es una medida indispensable para la salud pública”. Merino decidió dejar eso de las cabezas rodando como melones para los galos, pero intentó buscar la salubridad por otros medios. La suerte de estar entrado en carnes, debió pensar Isabel, es que, a falta de chalecos antibalas, buenos son corsés y ropajes del siglo XIX. Porque resulta que la navaja del clérigo no tuvo nada que hacer con la vestimenta de la reina y apenas la hirió.
Merino fue apresado y después de preguntarle insistentemente si tenía cómplices, le hincharon el alzacuello y soltó una frase que demostró que igual un poco ido, estaba, pero que amor propio no le faltaba: “¿pero os creéis que en España hay dos hombres como yo?”.
¡Claro que sí, Merino, ante todo, quererse a sí mismo!
Estas historias y unas cuantas más, pueden leerse en el libro divertido y ameno libro de Nieves Concostrina “Menudas Historias de la historia” (La esfera de los libros, 2009).
Por mucho que nos pese y por muy orginales que nos creamos, generalmente todos respondemos ante ciertas etiquetas que nos definen. Eso sí, lo que podemos cambiar es la forma de explicar esos perfiles en los que encajamos. Nosotros hemos optado por desarrollar una tipología... algo diferente.
Empezamos con las féminas. Estos siete personajes de Juego de Tronos dicen mucho de ellas y de su carácter, especialmente en sus relaciones con el género masculino. Estáis a tan sólo un click de descubrir cuál es tu (su) personaje (con todo lo que ello implica).
Ahora bien, ¿quién eres tú?
PD: próximamente, tipos de hombres según Star Wars.
¡Cuánto nos gustan los mensajes cifrados! Los códigos ocultos, los homenajes encubiertos, las claves por descifrar... ¿Y si nos sentáramos a ver una serie o una película con la lupa del Inspector Clouseau? Pareceríamos medio bobos, sí, pero después podríamos fardar de haber discubierto teorías de la conspiración por todos lados.
Si aún no queda claro de qué estamos hablando, aquí hemos recopilado alguna de esas famosas curiosidades audivisuales. Y sí, las descubrimos lupa en mano.
Haced clic en la imagen ¡y disfrutad!